Terminé de leer "La casa de las bellas durmientes" de Yasunari
Kawabata. Lo compré buscando algo más oriental que Murakami, que
encuentro americanizado. El equilibrio en las descripciones creo que es
el mayor esfuerzo del trabajo. De un erotismo delicado aunque muy
sugestivo, pasa al conflictivo mundo interior de un anciano que duerme
junto a muchachas vírgenes narcotizadas, (sacrificadas para complacer a
ancianos impotentes y tal vez un tanto promiscuos).
Un
libro que no llega a las cien páginas, estremece hasta la pesadilla.
Detrás (en mi opinión) el oscuro destino que se otorga a la mujer como
simple objeto de placer para el hombre, permanece en todos los
personajes, incluida la madama que regentea la casa.
De
un lenguaje que cuida no llegar a los extremos, la novela se mueve
entre los perfiles duros de una realidad disfrazada de fantasía, a las
reflexiones filosóficas del personaje Eguchi, de su propio pensamiento
culposo que se pregunta acerca de los que acuden a la casa de las
durmientes: ¿pagarían dinero sin un sentimiento de culpabilidad por la
muchacha que les era sacrificada, o acaso la misma culpa secreta
contribuía a aumentar el placer?
Terrible y breve libro, con el
lenguaje de la poesía típica de las descripciones orientales, y la
fuerza latente del pecado asumido
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